Edén, título de esta exposición, es un lugar en el que la vida se muestra en su máximo esplendor, en el que las plantas y los animales crecen de forma exuberante. Un lugar lleno de vida y de frutos apetecibles pero también un lugar lleno de tentaciones y de frutos prohibidos.
Para cerrar este pequeño recorrido cronológico, las obras de más reciente factura son «Un solo latido» del 2015 y «Jardín interior» del 2016
«Un solo latido» es un bronce que reproduce dos corazones cosidos uno al otro como condenados a bombear la misma sangre. Los corazones son representados como fuentes de los que brota la vida y a la vez como vísceras motoras de las emociones.
La visión de las vísceras originales tratadas en el video como documento del proceso de realización de la obra contrasta con la pieza de bronce que pende inerte con una cierta apariencia lujosa cual joya que celebra el triunfo de la vida y el amor.